Adriana Martínez Casamayor B1A
Ellos dormían. Gea caminaba hacia la boca de la cueva entre los lamentos y miradas de un perro cuya expresión parecía suplicarle que no lo hiciese. Sus pupilas se encontraron en el instante en que una ligera y casi irreal lágrima trató de mojar la mejilla de la pequeña. Ahogando palabras o tal vez un simple suspiro en una expresión oscilante entre la seriedad y el desconsuelo, apartó con sus delgados y demacrados brazos la roca que taponaba lo que ayer había sido entrada, y aquella noche era salida.
Concurso literario Curso 22-23
Narrativa Categoría 1º y 2º Bachillerato
Segundo premio
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